23/11/12

RESETEANDO...AÑO NUEVO, VIDA NUEVA

Ante todo debo una disculpa a mis lectores por el abandono repentino y sin avisar de mi blog, he hecho justo lo contrario de lo que quería hacer cuando abrí este espacio virtual hace ya varios meses, que era escribir un cuaderno de bitácoras sobre experiencias, sentimientos e inquietudes. Además me prometí a mí misma que los contenidos serían variados y continuados, ¡vamos que me he pasado por el forro el decálogo de buenas prácticas blogueras!


Pero más vale tarde que nunca, eso dice el refrán…y a veces las experiencias personales pueden bloquearnos o inspirarnos, pero lo que no nos dejan es indiferente, y algo así es lo que me ha pasado a mí en estos meses.
Mi mente se puso en standby y bloqueó por completo mi inspiración, pero llega un día en el que se vuelve a encender la bombilla, las ganas de escribir se vuelven una necesidad, no importa el tema ni el estilo, sólo sé que debo teclear sin parar, ordenar mis ideas y plasmarlas por escrito en este espacio virtual que da tanto vértigo pero a la vez es tan emocionante.

Aún no sé si hablaré de política, de cine, de literatura, de recetas de cocina o de experiencias de la vida que puedan ayudar a los demás…pero siento la necesidad de retomar las riendas de mi habilidad como escritora, comprobar que no la he perdido, y sobre todo hacer lo que más me gusta.

Como dice el refrán, “año nuevo vida nueva”, pero yo no quiero esperar al 2013, comenzaré antes.

Prometo volver a retomar la serie de artículos sobre “Innova Residencial” que tuvo tantos sufridos seguidores, por desgracia la historia no ha acabado para muchos, pero de momento cambiaré a algo más distendido.

También dejo en el aire sugerencias temáticas, quizás me ayuden a inspirarme y así me será más fácil.

Hasta muy pronto!

4/7/12

INNOVA RESIDENCIAL III: OTRA VUELTA DE TUERCA: LA POLÍTICA Y LA JUSTICIA ENTRAN EN ACCIÓN DERRIBANDO (COMO SIEMPRE) AL MÁS DÉBIL.


El valor histórico de la villa romana abrió una inesperada caja de Pandora y una “patata caliente” para el ayuntamiento de Paterna, que --bajo el punto de vista de una servidora--, se vio desbordado, no tanto por la dimensión del hallazgo sino por los enemigos que le salieron casi literalmente de debajo de las piedras.

El primero de ellos era de esperar. Un descubrimiento de esas dimensiones no podía quedar enterrado bajo el ladrillo para siempre, había que pelear para conservarlo “in situ”, convertirlo incluso en reclamo turístico… los ecologistas/verdes encontraron en los romanos unos aliados estupendos para luchar contra los monstruos de cemento y hormigón.

Pero la promotora y los intereses económicos que ya estaban en juego no lo pondrían fácil. La Dirección General de Patrimonio cogió las riendas del asunto, solucionándolo a lo Salomón, es decir, permitiendo la compatibilidad de las fincas con la conservación de ciertas zonas en forma de museo.


Claro que todavía estaba por aclarar quién, cómo y cuándo se costearía todo ese proyecto.

Con todas estas informaciones, que llegaban con cuentagotas, la situación se volvía más desconcertante para los compradores, que veían impotentes cómo las máquinas excavadoras daban paso a pinceles, escobas y rastrillos, un escenario propio de decorado de Indiana Jones, al que no faltaron las autoridades locales que, lejos de dar explicaciones a quienes tenían que darlas, se limitaban a posar para la foto.



Una vez más, la promotora pedía paciencia a sus clientes mientras se veía obligada a costear la intervención arqueológica, pues, caprichos del destino, la villa romana había aparecido sobre sus terrenos.

Al menos eso es lo que se suponía…

Hasta que otra vuelta de tuerca da un nuevo giro a la historia, de la mano de  un particular “David”, un oportunista con conocimientos nulos en arqueología e historia, pero con unos intereses creados que más tenían que ver con terrenos y expropiaciones que con villas romanas. Su único propósito: aprovechar la coyuntura del momento para luchar contra su personal “Goliat”, personificado en promotora y ayuntamiento, que con el juego de la especulación le habían expropiado indebidamente y no estaba dispuesto a dejar pasar su trozo de pastel.

Gracias a unos poderes ocultos dignos de superhéroe de cómic, nuestro “David” emprendió una batalla legal aliándose con la justicia, véase denuncias ante Fiscalía, Audiencias Provinciales, Defensor del Pueblo, y también Tribunal de Cuentas…y todo para demostrar que una parte de los terrenos donde habían aparecido los restos romanos estaban en manos del dueño equivocado: es decir, la reparcelación que en su día se hizo para crear el sector urbanístico (pasando de suelo industrial a residencial) está viciada desde el inicio.

He aquí la explicación


Lo peor de todo es que mientras la historia iba enturbiándose cada vez más con temas legales, sólo aptos para entendidos en Derecho, los clientes se encontraban atrapados por unas cláusulas de contrato abusivas, que les obligaban a seguir esperando o a renunciar al 50% del dinero entregado en caso de que quisieran largarse de aquella pesadilla.

Porque las obras, lejos de paralizarse mientras todo se aclarase, se reanudaron en paralelo a las denuncias.
 
Así hasta que a principios del presente 2012, cuando las obras tocaban ya a su fin después de 6 largos años, los errores del pasado, que habían seguido su curso legal, volvían a recaer en manos de la justicia, y esta vez parece que sí la cosa va en serio.



Como en el cuento, David pudo vencer a Goliat, con la ayuda inesperada de unas ruinas romanas que a día de hoy se encuentran parcialmente enterradas y sin un proyecto claro de conservación.

Pero en esta lucha de intereses donde tantos actores han entrado en juego, ha habido unos claros perdedores de los que nadie se ha acordado: los clientes, los compradores, la mayoría jóvenes parejas que solamente querían comprarse una casa, y que han visto pasar de largo 6 años de su vida sin una solución y con la sensación de desamparo total.

Hoy por hoy, la mayoría ha optado por renunciar al contrato para pasar página, a costa de perder dinero, ilusión y falta de confianza en la justicia.

Y colorín colorado, el final del cuento todavía no ha acabado. Quizás habrá que esperar al oráculo de los Dioses, a Júpiter, Marte y compañía, para que ellos pongan el punto y final a esta rocambolesca historia.














18/6/12

INNOVA RESIDENCIAL (2ª PARTE): DE LA ILUSIÓN INICIAL A LA ETERNA ESPERA (POR OBRA Y GRACIA DEL SANTO JOB)



Por fin, después de buscar, mirar, comparar y hacer muchos, muchos números, llegó la oportunidad que estaban buscando: un piso de 90 metros cuadrados, tres habitaciones, dos baños, garaje, una suculenta terraza, y un añadido que no esperaban: ¡una zona común con piscina! La guinda del pastel, la mejor de las recompensas. Y todo a un precio asequible, al menos es la sensación que se tenía en el año 2006, cuando por un piso así se podía pagar perfectamente cerca de 50 millones de pesetas, y a ellos solamente les exigían 33.

¿Cuál era la causa de esta ganga?

Ni más ni menos que los susodichos pisos, una urbanización de 4 torres cuyo eslogan “Innova Residencial, para vivir a la última”, atrajo a miles (literalmente hablando) de personas de Paterna y alrededores, todavía estaban por hacer.



La promotora estaba ofreciendo los pisos antes de tener la licencia de obras. Sólo con un llamativo cartel y un apabullado agente comercial, que no daba abasto recibiendo compradores, los inmuebles se empezaron a vender solos. Un fenómeno tan inexplicable como surrealista.

Y vaya si se vendieron, tan rápido que nuestros protagonistas por poco se descuidan y se quedan sin casa.

Pero finalmente, tras una larga cola de “contrincantes” esperando ansiosos como si de la apertura de las rebajas se tratara, nuestros amigos consiguieron reservar un piso, ¡su futura casa! Y como ellos, otras tantas parejas de jóvenes que se diferenciaban claramente de aquellos que querían comprar para “pasar” o “revender” a posteriori (hinchando de paso la maldita burbuja que ya tomaba forma)


El único inconveniente era que había que esperar un par de años para tener las llaves, tiempo que llevaba la ejecución de la obra, pero que bien pensado, era suficiente para ahorrar y así estar más preparado de cara a la temida hipoteca.

Por fin llegaba la tranquilidad, y por fin el futuro se les presentaba más cerca que nunca.

Lo que ellos no sabían es que el rumbo de sus vidas cambiaría para siempre desde ese instante…

El espacio destinado a la macro-urbanización se convirtió en peregrinaje semanal, y domingo tras domingo acudían puntuales a ver la evolución de las obras: primero la demolición de la vieja fábrica, luego la llegada de las máquinas excavadoras y la instalación de la grúa…

Hasta que un día, algo cambió.

Nuestros amigos se dieron cuenta de que los terrenos presentaban un aspecto extraño: alguien había marcado surcos, a modo de caminos delimitados, marcas de tiza en lugar de máquinas, y lo que resultaba más llamativo, una gran cantidad de piedras emergían del suelo.

Nadie sabía entonces que los orígenes históricos de la villa de Paterna acababan de ser descubiertos por casualidad.


Después de muchos interrogantes y llamadas a la promotora, que negaba la mayor hasta que se hizo más que evidente, descubrieron que el motivo de ese “parón” repentino era “el hallazgo de unos restos arqueológicos sin importancia, algo normal tratándose de un municipio como Paterna” –contestarony que se solucionaría en cuanto Patrimonio diese el visto bueno para retirarlos y llevarlos a un museo.

Nada más lejos de la realidad. Porque lo que la fábrica de Galletas Río escondía bajo sus entrañas no eran restos árabes similares a los que ya se habían sacado previamente: lo que ahora veía la luz era una villa Romana del siglo III, de gran relevancia histórica y arqueológica.

Toda esta información fue llegando en minidosis a los compradores, entre ellos los protagonistas de esta historia, que, lejos de ser entendidos en la materia, no comprendían ni las dimensiones ni las consecuencias que este hallazgo tendría sobre su futura casa. Eso sí, la promotora seguía cobrándoles puntual la mensualidad correspondiente y presumía de decir que no pasaba nada, que los permisos estaban en regla y la construcción era totalmente compatible.

No había más remedio que armarse de paciencia

Mientras tanto, algunos clientes, menos dotados de la virtud del Santo Job, comenzaron a inquietarse por las publicaciones que aparecían en la prensa sobre el yacimiento y no paraban de hacerse preguntas. ¿Qué va a ocurrir con nuestros pisos? ¿Se retrasarán mucho tiempo las obras? ¿Para cuándo la entrega de llaves? Unas preguntas que, al no obtener respuestas, hicieron reaccionar a algunos, rompiendo los contratos de compra-venta y perdiendo así la mitad del dinero entregado (según la letra pequeña del contrato si el comprador renuncia al piso, sólo obtiene el 50% de las cantidades entregadas)

Pero la mayoría prefirió ser prudente, aumentar su grado de tolerancia a la paciencia y seguir esperando (total, el mercado inmobiliario seguía hinchándose cada vez más) Mientras eso ocurría, muchos, haciendo uso de las nuevas tecnologías, se pusieron en contacto por Internet, muy a pesar de la promotora, para poder intercambiar opiniones sobre la situación.

Pasaron los meses,… y las incipientes obras del complejo residencial iniciadas a finales de 2008 (tras casi dos años de papeleos, permisos y licencias) dieron paso a una especie de paraíso para arqueólogos, historiadores, geógrafos…y dicho sea de paso, para algunos oportunistas que vieron en el yacimiento romano la gallina de los huevos de oro para cargar contra sus enemigos.

Pero esta es la parte donde la historia se empieza a poner demasiado fea y por eso merece ser contada con detenimiento en el siguiente capítulo.

CONTINUARÁ

15/6/12

INNOVA RESIDENCIAL: EL IMPERIO ROMANO vs LA DICTADURA DEL LADRILLO. Y LOS COMPRADORES, “¡¡A LOS LEONES!!"



El 19 de enero de 2011 escribí:

 “Rabia, impotencia, angustia, incertidumbre… y así un largo etcétera de adjetivos podría definir el actual estado de ánimo de los vecinos que hemos comprado una vivienda sobre la villa romana de Paterna. Hace ya dos años que se descubrió el yacimiento, coincidiendo con el inicio de las obras (tras tres largos años esperando a tener licencias y permisos en regla)
La intervención arqueológica supuso más retrasos y la modificación de la estructura de los edificios, pero las obras siguieron adelante.
Y ahora que ya hemos pagado el 20% del piso, resulta que tenemos que enterarnos por los medios de comunicación de que el suelo sobre el que se están haciendo nuestras casas puede que no sea de la promotora sino del ayuntamiento. ¿Acaso es una broma de mal gusto? Desgraciadamente no, pero ¿qué consecuencias traerá este nuevo revés para los compradores? Es la pregunta del millón que todos nos hacemos y que de momento nadie nos responde. Hemos invertido mucho dinero y muchos años en estas viviendas (que NO son de VPO), como para que ahora nos vengan con incertidumbres sobre si son ilegales o no.
Necesitamos respuestas YA, queremos que se sepa cuanto antes la verdad y que los responsables municipales no nos dejen de lado cuando se aclare todo, pues sea cual sea el final de todo este embrollo, mucho me temo que seremos los clientes los más perjudicados”     



Hace algo más de año y medio envié este texto a un periódico local de Paterna. Entonces, tal y como expresan los adjetivos con los que empiezo mi indignada “Carta a la directora”, me sentía estafada y víctima de una situación que me sobrepasaba a mí y a otras muchas personas que como yo, no podíamos dar crédito a todo lo que nos estaba pasando. Todo el esfuerzo y la ilusión que habíamos puesto en el (difícil) trance de comprar nuestra primera vivienda se estaba convirtiendo en una pesadilla demasiado larga de soportar, con unos tintes surrealistas que ni en los mejores guiones de Buñuel...

Para mi sorpresa, (ingenua de mí) esta carta nunca se llegó a publicar y se quedó almacenada en mi buzón de correo electrónico, proporcionándome así una dosis más de frustración e impotencia. Sobre todo al ver las noticias que se iban sucediendo en la prensa



Sin embargo, en el día de hoy, 15 de junio de 2012, mientras organizaba los documentos del escritorio de mi ordenador, me rehacía por enésima vez mi Currículum Vitae y ponía en orden mis ideas para dar comienzo a mi andadura bloggera, me he topado de bruces con este documento. Antes de mandarlo a la “papelera de reciclaje”, he pensado en abrirlo y leerlo por última vez, con la sola intención de pasar página. Pues afortunadamente pude librarme de ese lastre…aunque no sin pagar ciertas consecuencias o daños colaterales.

No obstante, paradojas de la vida, con esta relectura, las musas han aparecido de golpe en mi mente y me han dado el empujón definitivo que necesitaba para contar esta amarga experiencia, ahora que la distancia y la tranquilidad de haber salido de ella me lo permiten:

Érase una vez

Una pareja de jóvenes mileuristas que tras unos años de sólida relación amorosa deciden dar un paso adelante e invertir los pocos ahorros que tienen en comprarse una vivienda, su primera vivienda. No quieren precipitarse, por eso buscan oportunidades que se adapten a sus posibilidades, aunque se permiten alguna exigencia, un garaje y tres habitaciones son los únicos requisitos a priori. La emoción y la ilusión por tener una casa propia les embargan, es lo que les había pasado a sus hermanos mayores, y ahora les toca a ellos vivir esa grata experiencia. Que para eso están trabajando duro. Aunque corre el año 2005, y… sin saberlo… se están metiendo poco a poco en la boca de un lobo muy feroz…la burbuja inmobiliaria.

Pero ellos, ignorantes de lo que se avecina, inician un prometedor peregrinaje por promotoras de obra nueva, pisos de segunda mano, ferias inmobiliarias, sorteos de viviendas de protección pública, comerciales que brindan ante sus ojos unas “oportunidades que no pueden dejar pasar”…pero el tiempo pasa y los precios no se ajustan a la realidad que ven; 60 metros cuadrados de vivienda por 30 millones de las antiguas pesetas no cuadran ni en las cuentas ni en la lógica de dos personas con un mínimo de cordura. Pero ellos no pierden la esperanza y siguen buscando con ansia la casa de sus sueños. En esos momentos nadie habla de burbuja y mucho menos de su explosión…

CONTINUARÁ…